Sería la tercera vez que pasaría por el quirófano para un retoque. Lo primero que hice hace años fue una rinoplastia: fue mi primer contacto con la cirugía plástica. Pero se debió a un problema respiratorio que después aprovechamos para corregir algunos detalles estéticos. Todo salió mucho mejor de lo que me esperaba lo que me hizo cambiar mi perspectiva acerca de los tratamientos estéticos.

Generalmente se tiende a pensar que quien opta por la cirugía estética por cuestiones puramente estéticas, valga la redundancia, son personas frívolas que solo piensan en su físico. Pero el físico y la mente están estrechamente ligados: eso es una verdad como un templo. Y si alguien no está a gusto con su físico (y lo puede solucionar) ¿por qué va a tener que ser infeliz el resto de su vida?

Otra cosa es asumir la propia personalidad y la propia fisionomía. Una persona bajita no puede medir dos metros y una mujer con curvas siempre tendrá curvas. Es este aspecto el que sí es peligroso en relación a la cirugía estética. Yo misma he decidido hacer una liposucción caderas con el objetivo de definir mejor la cintura, precisamente porque tengo un cuerpo poco ‘curvo’. Pero eso no quiere decir que sueñe con parecerme a Kim Kardashian ni mucho menos. Al final, la cirugía estética, cuando se trata de pequeños retoques y no cuestiones médicas, son pequeños cambios que ayudan a subir la autoestima: pero no vas a convertirte en otra mujer.

Eso lo tengo súper claro y creo que es lo más importante cuando entras en un quirófano: lo que hace a una persona feliz es quererse tal y como es y no aspirar a convertirse en otra persona. Pero si un retoque estético te hace quererte más… ¿por qué no lo vas a hacer si tienes la opción? En mi caso, tras la rinoplastia y un pequeño aumento de pecho me he decidido por la liposucción caderas porque era algo que ya me había recomendado en la clínica. Además, ayuda el hecho de que es un tratamiento bastante sencillo con poco posoperatorio.

por paco