El otro día estuve rememorando el campeonato del mundo de la selección española de fútbol, me encontré en internet con unos documentales que te contaban toda la historia de los éxitos recientes de nuestra selección y me emocioné casi igual que cuando lo ví en directo por la televisión la primera vez. Lo que más recordaba y más me emocionaba era el sentimiento generalizado de que todo iba bien, aunque alguien tuviese neoplasia de esofago o cualquier otra enfermedad, por unos momentos todo se olvidó cuando Iniesta marcó el gol que nos convirtió en campeones del mundo por primera vez en nuestra historia. Porque hay que decir que ya era hora, después de que la mala suerte y los arbitrajes polémicos nos habían fastidiado en el pasado, por fin lo conseguimos. Ese día, casi uno de mis primeros pensamiento fue para mi abuelo que era un gran seguidor del mundo del fútbol y que por desgracia tuvo la mala suerte de morir solo unos pocos años antes de que la selección de fútbol ganase el mundial.
En esos vídeos documentales que estuve viendo ponían todo, desde la eurocopa del 2008, hasta el título de campeones del mundo en sudáfrica. He de decir que casi me gustó más la parte del documental en que le ganamos a Italia en los penaltis en la eliminatoria de cuartos de final, que era por costumbre nuestra eliminatoria maldita, ya que nunca pasábamos de ahí y al fin lo logramos. Para mí ese día ya era campeón del mundo y eso que ni tan siquiera estábamos compitiendo en el mundial. Pero el día que de verdad nos convertimos en campeones del mundo todo el país explotó de júbilo, algo que en nuestra historia nos había pasado, y que creo que es bastante raro que se vuelva a repetir en un futuro muy cercano. Con lo que nos costó ganar un solo mundial de fútbol, ganar otro va a ser casi una quimera.
Espero estar equivocado y que dentro de muy pocos años volvamos a ser otra vez campeones del mundo de fútbol y así disfrutar todos juntos otra vez.