Durante los dos últimos años he estado haciendo una larga dieta que conllevó la reducción o total eliminación de ciertos placeres que me habían acompañado buena parte de mi vida. Por consejo del nutricionista, en principio reduje el consumo de alcohol, hasta que viendo que no funcionaba del todo bien tomé la radical postura de “consumo cero”. No fue fácil en un principio, primero por las cervezas, ya que decidí no tomar siquiera la sin alcohol que también tiene considerables calorías, al menos más que el agua…
Mucho peor fue lo del vino que desde hace mucho tiempo me acompaña casi con cada comida. Dejar el vino durante la dieta fue una decisión más que acertada porque su consumo también suponía “disfrutar” más de la comida y eso, a la postre, en mi caso, es comer más. Pero, aunque sé que fue decisivo para mejorar mi alimentación, no por ello fue menos duro.
Por suerte, la dieta ha terminado, y mi nutricionista me ha levantado algunas restricciones que he celebrado al ir a comprar conde de albarei online. Pero no me entendáis mal. Este tiempo sin vino me ha dado qué pensar. Y no voy a volver a hacer lo mismo de antes. Voy a beber menos, que es lo que mi cuerpo pide. Solo en ciertas ocasiones especiales. Pero, para contrarrestar, me voy a permitir más lujos. Es decir, menos botellas, pero mejores. Y eso para un fanático del vino como yo también es una buena noticia.
Si bien antes casi siempre bebía vino en la comida, pero no podían ser botellas de mucho nivel siempre, ahora me lo puedo permitir y puedo comprar conde de albarei online. Es cierto que no todos los vinos buenos tienen por qué ser caros, pero el precio suele acompañar el prestigio de la botella. Ahora paladeo cada trago de forma única, consciente de que el placer también debe ser moderado. Porque si te gusta mucho algo y lo haces constantemente llegará un momento en que ya no sientas ese placer. Algo que he conseguido aprender gracias a estos dos años de “tolerancia cero”.