Muchas cosas han cambiado en los últimos tiempos en la gestión médica. Tanto en la sanidad pública como en la sanidad privada se han ido incorporando las nuevas tecnologías de forma que muchos procesos se vuelven más rápidos mejorando la eficiencia en un sector en el que no paran de aumentar las necesidades. La mayoría de usuarios se han acostumbrado rápidamente a estas novedosas fórmulas que incluyen pedir cita por internet o las propias videollamadas.

Todo ello lo pude comprobar recientemente cuando tuve que pedir una cita con un especialista dermatologia medica. Yo me he acostumbrado a pedir las citas por internet usando una aplicación. Es una aplicación muy buena y que suele funcionar muy bien porque permite al usuario decidir no solo la fecha, sino también el centro y el propio médico. De forma que se consigue algo que muchos usuarios prefieren, que es elegir el especialista.

Y esto nos lleva a otro tipo de funciones que están apareciendo en internet desde hace un tiempo, que son las webs que recogen opiniones sobre médicos. No me gustaría estar en la piel de uno de estos profesionales porque al final parecen como restaurantes o talleres de coches que están marcados con estrellas dependiendo de las buenas o malas opiniones que tengan. Supongo que habrá quién elija médico así y tampoco está de más conocer la opinión de otros usuarios antes de acudir a un profesional.

Pero en mi caso, a la hora de elegir especialista dermatología médica, no me basé en opiniones anónimas, sino en la recomendación de mi médico de cabecera que ya conocía mi problema en la piel y consideró que ese profesional era el indicado para tratarme. Así que le hice caso y busqué a ese médico como la aplicación, pero resultó que aquel día no funcionaba y me enfadé porque no pude concertar una cita en ese momento.

Y es la otra cara de las nuevas tecnologías. Nos acostumbramos tanto a ellas que luego si hay algún problema temporal perdemos la cabeza y no sabemos buscar una alternativa, al menos en primera instancia.

por paco