Los equipos informaticos industriales son cada vez más frecuentes en la industria. Independientemente del campo en el que se trabaje, los ordenadores forman parte de prácticamente todos los trabajos y esto se está percibiendo como una amenaza por parte de algunos sectores, que temen que la integración de la informática acabe con puestos de trabajo.
Este tipo de miedos son frecuentes cada vez que la industria sufre algún tipo de cambios. Sin embargo, la experiencia nos dice que la necesidad de mano de obra sigue estando ahí, solo que cambia el perfil del trabajador necesario. Por ejemplo, muchos trabajos extremadamente mecánicos en una cadena de producción pueden ser sustituidos por ordenadores, por ejemplo contar el número de unidades que pasan por la cadena. Incluso llevar la cuenta de todos los productos que entran en la fábrica o que salen de la misma.
Pero, a cambio, se necesitará personal capaz de manejar estos ordenadores, de volcar los datos o de trabajar con los mismos. Incluso personal que se encargue de leer la información de las etiquetas y llevar el control, un trabajo para el que no se requiere cualificación específica y que no puede ser sustituido por una máquina en muchos espacios.
Es innegable que la informática ayuda a la industria y que favorece un mayor control de los inventarios, un trabajo más rápido en cadenas de producción y contribuye a reducir problemas causados por errores humanos en las mecanizaciones. Pero también lo es que hace que ciertos puestos de trabajo poco cualificado dejen de ser necesarios.
Como hemos visto, también trae consigo la aparición de otro tipo perfil de trabajador, tanto en el sector tecnológico, para la creación de este tipo de equipos, como en la propia empresa para el manejo de los mismos. Y no deja tampoco de crear ciertos puestos de baja cualificación. Por tanto, más que una amenaza, la introducción de estos equipos supone cambios en ciertas industrias que hay que asumir.
Preparar a los trabajadores para que puedan encargarse de los nuevos puestos es una inversión que merece la pena en las industrias ya que les garantizará contar con personal formado y que saben manejar las particularidades de sus puestos en concreto. Contar con ayudas para esta formación puede ser un estímulo a la hora de reciclar a estos trabajadores y darles una nueva oportunidad sin salir de su empresa.