Hacía tres meses que habíamos abierto el restaurante. Casi cinco meses de preparativos y tres meses abierto. Y llega el virus y tenemos que cerrar. Entonces empiezas a pensar en la mala suerte que has tenido y lo ves todo negro. Pero así es la vida y hay que levantarse. Entre mi socia y yo empezamos a valorar la situación y ver de qué manera podíamos orientar la situación para salir a flote. Y en los primeros tiempos todo pasaba por reforzar nuestro sistema de servicio a domicilio. 

No todo estaba perdido. Una de nuestras principales virtudes es que habíamos tenido mucha paciencia en el lanzamiento del local. Se había publicitado mucho antes de abrir de forma que nos conocían bien el barrio. Habíamos hecho mucho trabajo de redes sociales y de flyers en el barrio. Las primeras semanas fueron un éxito y ya teníamos clientes fieles. 

Por otro lado, teníamos mucha experiencia en el apartado de la logística. Por ejemplo, llevábamos mucho tiempo trabajando con nuestro Proveedor de precocinados carnicos congelados. Al final, el éxito de un restaurante también depende de la calidad de las materias primas. Y en este sentido, estábamos muy satisfechos. Y creo que los clientes también. 

Pero con la nueva situación llegó un cambio radical en la manera de tratar con nuestros clientes. Debíamos reforzar al máximo el servicio a domicilio para mantener el negocio a flote. No teníamos pensado cerrar, aunque fuera temporalmente, a menos que la situación se extendiese demasiado en el tiempo. Hablamos con nuestros proveedores, eso sí, como con Proveedor de precocinados cárnicos congelados para reducir parcialmente los pedidos. Y aunque las primeras semanas fueron duras, tras un par de meses empezamos a recuperar el ritmo.

Y una vez que terminó el confinamiento, nuestro restaurante volvió a la vida. Ampliamos mucho la terraza para que los clientes se pudieran sentar fuera y seguimos con el sistema de reparto a domicilio. Pese a que la situación sigue sin ser halagüeña para nuestro sector, tras el impacto del primer confinamiento, estamos preparados para (casi) cualquier cosa. De momento, nosotros seguimos abiertos.

por paco