1. Pescado. Uno de los alimentos más necesarios pero cuyo precio puede sufrir más variaciones es el pescado. Si te gusta preparar tus propios cortes, compra el pescado fresco cuando esté a buen precio y congela para tenerlo a mano cuando no haya o esté muy caro. También se puede comprar pescado congelado de calidad para tenerlo disponible. El pescado congelado tiene un precio estable y se pueden elegir muchas presentaciones.
  2. Pan. El pan o los productos elaborados con pan como sandwiches o empanadas son muy consumidos. Pero a veces no los tenemos a mano en la tienda cuando nos apetecen. Tener pan en el congelador nos permite tener tostadas recién hechas por la mañana sin tener que bajar a la panadería o tomar un bocadillo cuando llegamos muy tarde de trabajar y ya no está la tienda abierta.
  3. Paquetes específicos para preparar recetas. Una bolsa con todo lo que necesitas para preparar lentejas o una fabada, incluidos los caldos caseros o las legumbres, cocidas y congeladas previamente. Así, te resultará muy fácil tener todo a mano y preparar rápidamente tus recetas favoritas. Muchas personas utilizan este método combinado con ollas programables. Así, sacan la bolsa por la noche y por la mañana la vuelcan en la olla, programando todo para que al llegar a casa tengan su plato favorito listo para ser degustado.
  4. Verduras congeladas. Las verduras congeladas pueden ser deliciosas si son de calidad. Contar con un distribuidor de judias congeladas y otras verduras de confianza, que ofrezca la mejor balanza entre el precio y la calidad. Estos productos tienen que resultar tan sabrosos como los frescos y garantizar que conservan todas las propiedades benéficas. Así, siempre se tendrán a mano las verduras favoritas para acompañar a todos los platos, independientemente de la época del año en la que se esté.
  5. Algunos platos preparados. No son los más sanos y todos sabemos que no conviene abusar de los productos elaborados. Pero pueden sacarnos de muchos apuros en días en los que no hay tiempo para cocinar. Una pizza congelada, un plato de cuchara o incluso una deliciosa lasaña no deberían de faltar en nuestro congelador. Al igual que algún helado ya que la clave para una buena dieta es comer de todo, pero de manera muy moderada en los casos de este tipo de alimentos.

por paco