Cartier, Richard Mille, Rolex y otras firmas relojeras fabrican productos que no sólo marcan el tiempo: también marcan tendencia gracias a la innovación, la creatividad y el lujo de sus diseños, gran parte de los cuales se comercializan a precios desorbitados.
Las creaciones de Patek Philippe son un claro ejemplo del valor que puede adquirir un ‘simple’ reloj. Esta marca suiza, muy demandada entre los clientes de Roberto Joyero Vigo, comenzó su andadura en 1851, siendo uno de los primeros fabricantes en producir cronómetros. Su catálogo abarca una lista de 900 piezas hechas a mano, con etiquetas de precio que superan en ocasiones los veinte millones de euros (véase el modelo Henry Graves Supercomplication).
Perteneciente al grupo francés LVMH, TAG Heuer es otra marca referencial en este sector, del que forma parte desde hace más de un siglo. De todos sus cronógrafos, los de la colección Carrera son los más prestigiosos, siendo reconocidos incluso para quienes desconocen la Carrera Panamericana, competición a la que debe su denominación.
Otra firma ligada al mundo del automovilismo es Blancpain, de mayor antigüedad si cabe que las anteriores, pues sus orígenes se remontan a 1735. A diferencia de los anteriores fabricantes, Blancpain se ha mantenido fiel a la tradición de producir relojes siempre artesanalmente. De ahí que el número de relojes que salen a diario de sus fábricas sea tan limitado.
Por su parte, Richard Mille ha logrado posicionarse en la cima de esta industria en sus dos décadas de historia. La tecnología y la innovación son las cualidades más sobresalientes de sus creaciones. La modernidad y la eficiencia también caracterizan a los relojes de Cartier, otro gigante del sector, que se enorgullece además de haber comercializado los primeros relojes de pulsera del mundo. Pero esta selección quedaría incompleta sin la presencia de Rolex, que probablemente posea el logotipo más famoso.